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23.10.2020Estamos viviendo tiempos revueltos debido a varios factores que afectan a la comunidad internacional. Cambio climático, la guerra comercial entre China y Estados Unidos, tensiones entre los productores de petróleo —Rusia y Arabia Saudí— y, por si esto fuera poco, la crisis sanitaria del COVID-19.
Desde que se iniciara en diciembre de 2019 en la provincia china de Hubei, el número de infectados ha ido aumentando dramáticamente en todo el mundo, así como los fallecidos, con países como China, Italia, Irán y España en cabeza. La educación, se ve afectada directamente por esta coyuntura. Con el cierre de instituciones educativas de todos los niveles, el aprendizaje continúa a distancia y, en particular, gracias a soluciones digitales. Sin embargo, para muchos estudiantes la enseñanza en línea no es una opción viable.
Superar la brecha digital y económica
El primer obstáculo es la brecha digital. Antes del brote de COVID-19 sólo el 47% de la población de los países en desarrollo utilizaba Internet, en comparación con el 86% de la población en los países desarrollados. Al menos el 60% de la población estudiantil se ha visto afectada por la pandemia, ya que muchos no tienen los medios ni los instrumentos para acceder a la enseñanza en línea. Dado que COVID-19 está teniendo graves repercusiones sobre los estudiantes, se necesitan respuestas oportunas.
Aunque los estudiantes de primaria y secundaria parecen ser los más afectados, la brecha digital también puede observarse a nivel universitario, incluso en los países desarrollados.
En lo que respecta a la brecha digital, la situación socioeconómica de los estudiantes y sus familias es un factor agravante. Los estudiantes que se encuentran en una situación económica difícil tienen más probabilidades de tener un acceso deficiente o nulo a Internet, ya sea porque no pueden permitirse el costo de un PC o de la conexión a Internet o porque viven en regiones o barrios de baja conectividad. Las divisiones digitales y económicas, combinadas con un prolongado cierre, harán que los estudiantes afectados se queden más atrás.
Incluir a los estudiantes con discapacidades
Los estudiantes con discapacidades están entre los más afectados ya que requieren apoyo específico y herramientas de enseñanza que no siempre están disponibles en la educación a distancia.
Mitigación de la pérdida de medios de vida
Otra vulnerabilidad causada por la crisis con posibles efectos indirectos en el aprendizaje es el aumento de las dificultades económicas de los estudiantes debido a la pérdida de ingresos. Por ejemplo, la Universidad de Maastricht (Países Bajos) informa de que «muchos de los estudiantes extranjeros y externos al campus, que normalmente dependen de empleos a tiempo parcial para cubrir la matrícula universitaria, perdieron sus ingresos debido al cierre de actividades económicas no esenciales».
En respuesta, la Universidad lanzó una campaña de financiación colectiva y ofrece a los estudiantes la oportunidad de obtener un préstamo sin intereses por un par de meses.
Respuestas que deben de dar los Gobiernos
Desde el comienzo mismo de la pandemia, han estado liderando el tratamiento de los desafíos relacionados con la adopción de la enseñanza en línea.
Además de vigilar los cierres de escuelas, deben también de mitigar sus repercusiones en los alumnos, centrarse en el fortalecimiento de la capacidad de los sistemas de enseñanza a distancia para superar la brecha digital mediante recursos que presten apoyo a los maestros, los padres y los cuidadores, como no también a nuestro FUTURO……los alumnos.
Fortalecer su cooperación con la comunidad educativa para: apoyar con los materiales de enseñanza y aprendizaje de libre acceso; determinar los cursos en línea masivos y abiertos y los recursos educativos de libre acceso que puedan ofrecer cursos en línea y contenidos de aprendizaje autodirigidos a través de plataformas móviles y de escritorio; apoyar, la transición al aprendizaje en línea utilizando recursos educativos de libre acceso durante la pandemia de COVID-19. Siempre, siempre con el objetivo de premiar el esfuerzo y penalizar la falta de interés.