Atacar las plagas con el Big Data
15.01.2020Nota informativa empresas de servicios biocidas
15.04.2020La plaga de orugas no es divertida por mucho que el espectáculo de la naturaleza de ver desfilar a las orugas procesionarias lo sea para los niños. O lo que les gusta a los perros que las olisquean o lamen. Porque los diminutos pelos de la oruga procesionaria pueden producir dermatitis, lesiones oculares y fuertes reacciones alérgicas, asfixia o urticaria. En casos más graves, incluso puede producir reacciones anafilácticas que requieren tratamiento con corticoides.
La oruga procesionaria del pino “Thaumetopoea pityocampa” vive durante la época de frío en lo alto de los pinos envueltas en bolsones. Pero cuando comienza el buen tiempo abandonan su hogar y bajan al terreno en hileras para despistar a los pájaros. Su objetivo es enterrarse en la tierra, donde completan la metamorfosis hasta convertirse en mariposas durante el verano.
La plaga de orugas en áreas urbanas
La peligrosidad de la plaga de orugas es mayor cuando su zona de actuación alcanza parques, jardines, piscinas, colegios, urbanizaciones y complejos residenciales, por la cercanía a las personas. Es cuando corren peligro si entran en contacto con los pelos urticantes de la oruga. Este tricoma libera taumatopenia, una toxina que provoca dermatitis irritativa.
Como consecuencia, es mejor prevenir que curar. Entre noviembre y marzo, aprovechando que las orugas aún están en lo alto de los pinos, es cuando se deben de tratar los pinos para evitar la plaga de orugas. Hacerlo cuando las orugas están bajando y ya están enterradas en el suelo, sería demasiado tarde.
Los profesionales certificados de Plagas&Control estudian el ciclo biológico en el que se encuentra la plaga de orugas, las condiciones ambientales, y el nivel de infestación. El objetivo es reducir al máximo el impacto sobre el medio, los animales y el ser humano. Este análisis preciso llevará a aplicar una técnica u otra para eliminar la plaga de orugas.