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Las termitas son una plaga cada vez mas habitual en España que afecta especialmente a las construcciones históricas localizadas en los cascos antiguos de las ciudades. Estos insectos, que se alimentan de la celulosa contenida en la madera, han atacado barrios enteros y representan una de las agresiones más peligrosas que pueden sufrir las estructuras de madera de un edificio, ya que los daños permanecen en la mayoría de las ocasiones ocultos. Atraviesan cualquier material, incluido el hormigón, y al ser una plaga silenciosa su capacidad de actuación es aún más rápida. Cuando se detectan, generalmente, ya han destruido el patrimonio histórico.
La Inspección Técnica de Edificios (ITE ), obligatoria para edificios de más de 30 años de antigüedad, debería de establecer protocolos para determinar la presencia de xilófagos y así poder realizar una prevención a tiempo evitando elevados costes económicos por daños estructurales e incluso daños irreversibles; como también los costes de restauración de los monumentos del Patrimonio Nacional.
Detección y prevención
Las termitas son insectos sociales que viven en colonias y que tienen una gran capacidad de reproducción. No son fáciles de localizar ya que huyen de la luz y sólo, en algunos casos, puede delatarlas una especie de cordón terroso pegado a la pared o a las cornisas o voladizos. Si golpeamos alguna de las zonas que podrían estar afectadas y se rompe o se queda hueco, casi con toda seguridad estará plagado de termitas. A diferencia de la carcoma, ésta no suele dejar agujeros que delaten su presencia, de ahí que sea más difícil su detección. Las más peligrosas son las termitas subterráneas, presentes en España y que pueden llegar a provocar graves daños en relativamente poco tiempo.
En materia preventiva Plagas&Control recomienda, entre otras medidas, controlar que no se produzcan humedades en las viviendas y, en caso de inundación, el área afectada debe secarse con la mayor celeridad posible por medio de ventilación y calor para que las termitas no ataquen los rodapiés, el parqué o los cercos de las puertas. No obstante, lo más aconsejable será recurrir a expertos en el tratamiento de esta plaga que, en caso de no tratarse con los métodos adecuados, puede perdurar por mucho tiempo en el edificio.
Los responsables de la gestión de esas edificaciones, tienen también la responsabilidad de garantizar que estos espacios gocen de unas óptimas condiciones higiénico-sanitarias y de un servicio de mantenimiento y control de plagas adecuado que ayude a prevenir, erradicar y controlar la población de organismos nocivos que, en algunos casos, pueden constituir un riesgo para la salud, además de acarrear importantes daños económicos y estructurales.